CONCEPTO
Es la
creencia que los individuos poseen acerca de su habilidad para tener éxito en
el deporte.
Es la percepción
objetiva, realista, ajustada a la realidad, de la propia habilidad o
competencia.
Se refiere a la
seguridad que el individuo tiene acerca de sus destrezas para alcanzar el éxito
deportivo o dicho de otra manera, la confianza que un futbolista o equipo tiene
en sus propios recursos para alcanzar un objetivo determinado.
La autoconfianza equivale a la suposición de que
algo se va a realizar bien.
La autoconfianza
sería una causa necesaria pero no suficiente para lograr la excelencia
deportiva.
La autoconfianza
se debe entender como un estado interno de fortaleza psicológica que implica
una consciencia de la dificultad de la meta que se pretende conseguir y de los
recursos propios con los que se cuenta.
Es el grado de
certeza que tiene el futbolista sobre su habilidad para lograr el éxito en una
acción determinada, teniendo en cuenta las experiencias pasadas.
FACTORES
La
autoconfianza como factor a desarrollar entre los futbolistas gana protagonismo
si tenemos en cuenta que es el motor del rendimiento deportivo. Los
deportistas con altos niveles de autoconfianza se fijan objetivos más
ambiciosos y responden de forma más eficiente a situaciones complejas y de
mayor dificultad. La autoconfianza permite al jugador adaptarse al cambio de
forma óptima, sin miedo a tomar la decisión que considere más adecuada.
La
confianza y la autoeficacia han sido destacadas desde la psicología como uno de
los motores de la conducta, como determinantes de la motivación y moduladores
de múltiples aspectos psicológicos y cognitivos. Depende de las experiencias
vividas y de cómo se ha interpretado el propio rendimiento en dichas
situaciones.
-Activa emociones que ayudan al rendimiento óptimo.
-Favorece la focalización de la atención.
-Estimula la motivación. La búsqueda de objetivos
más ambiciosos.
-Favorece el esfuerzo.
-Orienta al
éxito más que evita el fracaso. Ganar más que no perder.
-Favorece el ajuste de tensión, la activación
idónea.
-Acerca al rendimiento óptimo.
La
autoconfianza se encuentra estrechamente relacionada con la percepción de
autocontrol que el jugador tiene ante las situaciones que se presentan durante
la competición. Esta percepción de control influye sobre la motivación y el
estrés, pudiendo determinar que predomine una y otra variable.
La
clave está en las expectativas realistas que el jugador tiene en el
conocimiento de sus capacidades y sus limitaciones reales y estar en la mejor
forma física para sentir seguridad en sí mismo.
ESTRATEGIAS
PARA LA AUTOCONFIANZA
-Utilizar modelos significativos.
-Establecer objetivos realistas.
-Exigir según las posibilidades del jugador.
-Dar instrucciones correctas.
-Proporcionar feed-back.
-Preparar los partidos.
-Controlar expectativas de rendimiento.
-Proporcionar experiencias de éxito y fracaso
controlados.
-ÉXITO CONTROLADO. Los jugadores perciben que
cumplen los objetivos merced a sus propias conductas.
-FRACASO CONTROLADO. Los jugadores no alcanzan los
objetivos pero perciben que conocen el camino para lograrlos.
-LA PRÁCTICA IMAGINARIA. VISUALIZACIÓN.
Hace referencia a que los futbolistas podrían generar creencias de eficacia
imaginándose a ellos mismos o a compañeros o rivales comportándose de forma
exitosa o cometiendo fallos, anticipándose a una situación de ejecución. Las
diferentes fuentes de confianza influyen en la conducta (en la elección de
participar, en la toma de decisiones, en el esfuerzo empleado, en la motivación
y en la persistencia ante el fracaso) y sobre los patrones de pensamiento de
los futbolistas (metas, preocupaciones y atribuciones ante el éxito y el
fracaso). Trabajando y potenciando estas fuentes de información de eficacia
conseguiremos trabajar sobre los niveles de autoconfianza. Mediante estas
técnicas los futbolistas se podrán ver a sí mismos haciendo cosas que nunca han
sido capaces de hacer o en cuya ejecución han tenido dificultades.
NIVELES
DE AUTOCONFIANZA
Mucha confianza
es igual de perjudicial que poca confianza. Es indispensable tener este nivel
de confianza para rendir al total de posibilidades y desplegar todo el
potencial como futbolista. Cuando existe
un exceso de confianza el futbolista puede creer que no tiene que seguir
esforzándose para lograr una buena ejecución, y es en ese momento cuando baja
su rendimiento, debido a la falta de entrenamiento o de fortalecimiento de sus
cualidades por la excesiva autoconfianza, o debido a la excesiva tranquilidad,
falta de concentración o motivación con la que afronta una competición fácil a
sus ojos. Esto puede conducir al fracaso.
Cuando el nivel
de confianza es óptimo el futbolista:
• Sabe que tiene que desarrollar conjuntamente su
autoconfianza y el entrenamiento sistemático de sus habilidades
físico-técnicas.
• Juega en
base a sus posibilidades y se propone objetivos basados en éstas.
• No se limita a sí mismo por el miedo a ganar o a
perder.
• Toma los errores y las derrotas positivamente,
como parte del deporte, como información para mejorar en el futuro.
Cuando los
futbolistas tienen un nivel óptimo de autoconfianza es cuando establecen metas
realistas basándose en sus propias habilidades. Saben lo que pueden conseguir y
conocen sus límites, de forma que no se establecen metas imposibles. Saben que
no tienen inmunidad contra los errores y tienen que seguir luchando para
corregirlos. El problema, por tanto, no está en los errores, sino en la forma
de afrontarlos. Estos futbolistas confían en sus posibilidades y saben que
tienen habilidad para adquirir las competencias necesarias, tanto físicas como
psicológicas, para poder mejorar.
AUTOCONFIANZA
Y RENDIMIENTO.
La confianza en uno mismo se caracteriza por
altas expectativas de éxito y puede ayudar al futbolista a mantener emociones
positivas, las estrategias de juego, los objetivos, mantener el esfuerzo, la
concentración, etc. Cuando un deportista está seguro de sí mismo es normal que
se mantenga relajado y tranquilo bajo presión. Cuando el futbolista posee el
nivel de confianza correcto es más fácil que mantenga la concentración en la
tarea, mientras que aquel falto de confianza tiende a estar pendiente de no
cometer errores y se distrae.
Normalmente, la
confianza en los entrenamientos es superior que en los partidos, es por esto por
lo que día a día se deben trabajar aspectos técnico-tácticos y emocionales. Los
deportistas deben aprender a manejar sus emociones en momentos de tensión
(marcador en contra), mantener su concentración en situaciones injustas
(decisiones arbitrales) y mantener su motivación y confianza al 100%; y todo
esto es posible trabajarlo para acercarlo a la realidad de la competición.
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